Celulosa y silicio
Celulosa y silicio, ¿hibridación o barbarie?
Este blog nace hoy 14 de febrero, «Día de los Enamorados». Escribo «Enamorados» con mayúsculas porque esa palabra es el motor de todo ser humano y por tanto el gran motor coral del mundo. El amor y la pasión son los propulsores de las cosas más genuinas. Se nota mucho cuando alguien hace algo con esa impronta. Precisamente esa es mi idea directriz.
Soy un enamorado de los libros y de mi profesión, la de «editor de libros». Me apasiona trabajar con historias, mejorarlas, reconstruirlas, esculpirlas, hacerles microcirugía con el consentimiento del autor, lograr un trato personalizado, generar sinergias y contar con algo invaluable: tiempo. El tiempo que merece cada obra, la maduración que mejora exponencialmente un original cual vino añejado en barrica de roble. Las mejores cosas nacen como hijas (deseadas) del dios Cronos.
Brindar a cada texto el tiempo que necesita es una costumbre que las «urgencias» del mundo moderno han ido sepultando bajo una capa de desidia. Recuperar la mixtura de tiempo y amor por lo que se hace invariablemente da el mismo resultado —en el siglo XIX o en el XXI, en Manchuria o Tierra del Fuego—: calidad.
¿El objetivo de este blog?
Pensar mi profesión. Pensarla y repensarla una y otra vez en relación al mundo en el que vivimos, al nuevo contexto tecnocultural del siglo XXI. Me fascina la convergencia de saberes que genera nuevos modos de abordar viejos desafíos. Desgranar la idea de reflexionar sobre el futuro con las herramientas tecnológicas del presente pero con la cultura libresca, analógica y lineal del pasado. Combinar lo mejor del legado de siglos de bibliotecas de madera y papel con la velocidad y la eficacia del mundo digital. Estamos atravesando un momento histórico tan veloz como cautivador, una cultura híbrida entre la celulosa de la página y el silicio del microprocesador.
También aportaré información, opiniones y experiencias sobre libros, lecturas, trabajos realizados, curiosidades de mi profesión, viajes, «gajes del oficio» y algunas reflexiones sobre cómo las nuevas tecnologías inciden sobre nuestra cultura libresca y de qué manera vamos adaptándonos al nuevo ecosistema que nos propone este presente de tinta & bits, páginas & pantallas, este vértigo entre leer en nuestro sofá un libro físico y navegar por los confines del mundo virtual.
Me interesa particularmente ahondar en la dinámica libros/tecnología, pero no planteado como una disyuntiva —idea maniquea y falsamente reduccionista con que se la suele presentar— sino como lo que en verdad es: un mutuo enriquecimiento entre libros y tecnología, que combinados dan como resultado un presente híbrido mucho más enriquecedor y multifacético.
Asimismo siento un profundo interés por la ecología, la sustentabilidad, el respeto por nuestro medio ambiente, el deseo —y la imperiosa necesidad— de pensarnos como parte de esta biblioteca humana que debe corregir sus erratas para que un planeta mejor sea realidad y las nuevas generaciones puedan vivir la extraordinaria e inefable experiencia de transitar por esta Galaxia Gutenberg, plagada de universos construidos con palabras, sea cual fuere su formato.
Sean muy bienvenidos. ¡Salud!